domingo, 28 de septiembre de 2014

No tengas...

Una relación  es una sincronía física y mental entre las personas, si ha esta frase o afirmación le vamos añadiendo otros calificativos o concretamos entre que personas, obtendremos apreciaciones diferentes.
La palabra sincronía proviene del griego, syn, "con, juntamente, a la vez" y de la mitología griega, Chronos, tiempo, es decir, coincidencia en el tiempo y simultaneidad de los hechos.
Actualmente en estos tiempos que corremos, esta ligazon que establecemos los unos con los otros, carece en muchos casos de la parte física,  pues para ello seria necesario desprenderse del móvil, del ordenador y volver a salir más  a la calle, sin estos aparatos, tan solo nosotros, a mirarnos a los ojos, a vernos en otros ojos, creo que no por eso dejaremos de ser humanos, pues nuestro encuentro interpersonal es en lo que se funda la humanidad de lo que somos y digo todo esto, porque cada vez mantenemos más relaccion con nuestro ordenador o móvil, que con las personas físicamente.

   Dada la sincronía que yo mantengo con mi ordenador y móvil, últimamente me encuentro con muchos artículos, post, y frases relacionados con el amor, sera quizás, ¿ porque ha llegado el otoño?  y nos volvemos un poco melancólicos. O acaso la vuelta vacacional en la que hemos compartido más tiempo con nuestra pareja ha dejado algunos interrogantes.
   La mayoría de estos post, que te cuentan, te redirigen a otro post, etc,  hablan del amor de pareja y de ese "para siempre" que se me antoja demoledor, porque aunque en cierta manera podría ser lo ideal, pocas veces se ve concretizado en el tiempo por causas varias.
   Del resultado de todas esas lecturas, de mi experiencia personal y del conocimiento de otras personas más mayores que yo, y por lo tanto con más camino recorrido me quede hace unos días con una frase: "... no tengas miedo de ser el que más ama".



   La afirmación esta, ha estado circulando por mi cerebro varios días, como en un proceso de asimilación o de entendimiento. Esta frase la pronunciaba una anciana en respuesta a como era posible que llevara mas de 60 años con su pareja.
   A mí, personalmente, esta frase me ha hecho pensar, y por cierto, bastante. Y si, en realidad, nos pasamos demasiado tiempo, tiempo de nuestras vidas y de las de los otros, con los que compartimos la nuestra, intentando encontrar un equilibrio. Ese equilibrio entre lo que damos y lo que se nos entrega, como si esa balanza de sentimientos no debiera estar nunca en desequilibrio.


  ¿ No creéis que alguna vez nos sentimos en deuda o en pago frente al otro?

   ¿Y si dejáramos de buscar ese equilibrio?

   Es posible que con el paso del tiempo, nos demos cuenta, que hemos gastado demasiada energía, concentración y recursos propios en intentar nivelar lo que damos y lo que recibimos.

   En el fondo, es posible que seamos más felices si somos mas generosos en nuestros afectos, sobre todo, en nuestros afectos.


    "NO TENGAS MIEDO DE SER EL QUE MÁS AMA"

sábado, 20 de septiembre de 2014

50 años... ¿y qué..?

   Esta bien esto de tener 50 años, hace relativamente poco los cumplí y ese día estuve acompañado físicamente solo por una persona, la única que jamas hubiera imaginado que estaría en ese día tan especial para mi, en realidad fue el mejor regalo.

   Ahora, ya después de haber pasado un poco de tiempo, creo que me veo sumergido en una década prodigiosa, por supuesto visto desde una forma positiva, ademas, me niego a que sea la antesala del precipicio.

   Continuo emocionándome y sigo sumando experiencias con una tranquilidad arrolladora, y digo arrolladora porque tengo cincuenta años, me encuentro en plenitud de facultades y lleno de inquietudes que me llevaran a emprender nuevos proyectos.

   Ahora digamos que he alcanzado la madurez, o una segunda juventud con mucho futuro por delante y no, no se trata de recuperar el tiempo perdido o revivir experiencias de los 20 o los 30, no, ahora tengo la firmeza que otorgan los 50 y se trata de buscar el equilibrio entre lo hecho y todo lo que me queda por hacer, con el beneplácito de las circunstancias y del cuerpo.

   Sí!!,  la juventud es un estado del alma que no tiene porque relacionarse con la edad, elijo no deprimirme y avanzo con paso firme y decidido, ya os contare donde llego.

   Ahora, después de los años transcurridos, sigo mi criterio, sin perder el tiempo estableciendo juicios de valor, se lo que valen las cosas y las personas y esto me da una seguridad muy grande en mi mismo, eso si, conquistada a base de cumpleaños.
   Me miro al espejo y me acepto como soy, esta imperfección es solo mía y a estas alturas no voy a moldearme, tengo un alma joven , eso sí en un cuerpo que ya muestra los surcos de tiempo, de mi tiempo, y esto me gusta, aunque alguna mañana me levante dolorido de la cama y mi abdomen me recuerde las buenas comidas disfrutadas.

   Por otra parte, sexualmente sigo en activo, aunque he de reconocer que el vigor de años atrás ha comenzado a decaer, no me importa, porque a esta circunstancia, le sumo la seguridad que me otorgan estos cincuenta años permitiéndome combinar con precisión sexualidad y sensualidad, no como un mecanismo que supla la potencia en mis relaciones sino porque la experiencia de los años me ha enseñado que es así y esto me gusta mucho.
   Evidentemente a estas alturas se lo que quiero, como lo quiero y con quien lo quiero,  es una ventaja saber lo que uno no quiere, pero es mas ventajoso saber lo que uno quiere gracias a la experiencia y esto, si que no lo cambio.

   Resumiendo, empiezo esta década con el alma joven, con una actitud que solo dependerá de mi, del vértigo que me produzcan las circunstancias y como las afronte, seguiré siendo yo, con el pelo revuelto y mi eterna capacidad de sorprenderme.



 

domingo, 7 de septiembre de 2014

El verano en que enfrente miedos.

"El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre decidido." (Antoine de Saint-Exupèry)

   He llegado donde estoy ahora atravesando una tormenta, quizás devastadora y con algunos momentos de "calma chicha". Han sido dos meses intensos en escenarios variados y con un común determinado en mi interior: miedo.


   Todo me ha sucedido en un proceso de limpieza y de vacío que me ha mantenido ocupado durante este tiempo, no puedo negar que a pesar de la tormenta interna que mantenía, he disfrutado de instantes mágicos que han conformado unas realidades que solo ahora puedo apreciar en total plenitud y convencimiento.

   Si mi zona de confort era comoda, no me era satisfecha al cien por cien, necesitaba, más bien era consciente, que si en el camino comencé con una transformación, aun no la había acabado.
   Tenia miedos que enfrentar y muchas cosas que mudar y alejar o transmutar a un estado más positivo, el miedo como la valentía estaba en mi mente, ese temor a algo que entonces estaba indefinido, no estaba fuera de mí: vivía en mí, y desde hacia ya tiempo me estaba restando fuerzas y vitalidad.

   Existían muchas imágenes y muchas frases, que repetía en mi cabeza. Muchos objetos que continuaban frente a mi, recordándome un pasado y que me producían frustración en esos momentos.
   Aún teniendo en mi día a día, momentos intensos y plenos, nunca fueron suficientes hasta que decidí, que todas esas imágenes, esas frases, esos objetos, esa zona de "confort" que yo veía catastrófica debía de transformarla en una declaración de triunfo a fin de mitigar lo que antes me paralizaba.

   Alguien me pregunto: ¿como lo has hecho?, en realidad no lo se exactamente, puede que alimentara la valentía a través de pensamientos ganadores, la realidad era, que no debía de tener miedo a enfrentarme a algo que desconocía, ¿ porque iba a ser mi siguiente escenario de vida perdedor?, cuando en mi había una fuerza impulsora de positivismo.
   Vacié todo, todo, absolutamente, no fue fácil en esos momentos, ahora en cambio, y una vez realizado, no fue tan difícil. Debía de progresar, y para hacerlo había que actuar por encima del miedo a lo desconocido.

    Me había cansado, no podía esperar a que por arte de magia ese miedo se fuera.
    Di el primer paso y aunque me sumergí en un mundo denso e impenetrable, en un naufragio, fui soltando todos los lastres, poco a poco me fui sintiéndome más a flote, era necesario para mi, vaciarme de todo para tener el espacio suficiente para lo venidero.
    No fue un acto suicida, a pesar de todo lo que abandonaba, puede que debiera haberlo hecho mucho antes, creo ahora, que lo hice en el momento que debí hacerlo. No titubee, una vez tomada la decisión que yo considere como la mejor estrategia, no pensé más, deje de pensar si debía o no debía hacerlo. Simplemente actué.

   Puse en movimiento mi universo, avance hacia lo que amaba, y a partir de ahí mi cerebro comenzó a reaccionar de una manera placentera hacia lo que naturalmente se acercaba, a medida que todo se iba vaciando, el miedo fue desapareciendo y fui teniendo una visión más clara de lo que quería.

Emprendí un viaje, desterré el miedo, a fin de cuentas la vida es: no rendirse.



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