Cada vez que regreso a este espacio que hemos ocupado, anhelo inconsciente que estés.
Aun quedan unas cajas, quizás llenas de un ayer cercano.
Las paredes desnudas, ausentes de tu impronta.
El silencio, la música, siguió tus pasos.
Te fuiste.
Había llegado el momento, era el día señalado, ya estaba marcado en tu universo.
Y en el mío, que quedo vació.
Te estraño, apareces en ese espacio indefinible de mi corazón.
Donde, a diapositivas neuronales, salteadas, encuentro lo que conformaste en mi.
Escucho el silencio,
buscando el eco de tu risa
y aparecen tus primeros sueños,
miro el suelo,
de tu huella que se aleja,
donde caen mis lagrimas,
arrastradas con el soplo de tus deseos.
Melancolía de velas, globos, algarabía, ilusión.
Llantos consolados por la soledad de la noche.
Risas, alegrías inflamadas del orgullo de tus conquistas.
Escenas del teatro de nuestra vida.
Protagonistas ambos sin guión.
Me quedo aquí, en la bruma de tu no presencia, esperándote, dentro de este vació, encadenado con los eslabones del recuerdo.
Corto se me ha hecho el camino, dolorosos mis tropiezos, en una senda marcada sin yo saberlo.
Ahora, me detengo, tan solo un instante.
adelantame
no vuelvas tu vista atrás.
En este segundo, no.
Continua.
Déjame tan solo verte alejar.
Llanto
lagrimas, que clarifican recuerdos.
Ya.
Ahora, yo me levanto,
continuo,
descubriendo mi camino, instantes desplegados frente a mí.
Tú
Sigue, sigue el deseo que te llama
déjate llevar por la melodía de tu vida
baila, ríe, llora, equivocate,tropieza.
Ama
Sueña
Crea
Seguiré, aquí, cercano a tus velas.
Distante de tus vientos.
Mas, si me necesitas,
tan solo mira
atrás.
Buen camino, hija.
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