Cuando sale la luna
el mar cubre la tierra
y el corazón se siente
isla en el infinito. (Federico García Lorca)
Ayer, hubo luna llena, por mi vida han pasado multitud de ellas, y espero sigan pasando más, el hecho es que, por el acontecer de mi vida esta la he vivido de una forma diferente y considero que
merece una pagina en mi blog dada la experiencia que he podido disfrutar.
Podría parecer estraño, quizás a la mayoría os lo parezca, que nos reunamos un grupo de amig@
en un sitio alejado de las luces de la ciudad y nos dediquemos a contemplar la luna y ha realizar un pequeño ritual ancestral.
La luna esta presente en nuestras vidas de una forma inexorable y desde tiempos remotos ha sido testigo y protagonista de muchos cultos por diferentes motivos.
El caso es, que días antes y conocedores del evento, decidimos juntarnos en un lugar alejado de nuestra ciudad, como dije antes, para disfrutar de esos momentos, lo ideal hubiera sido encontrarse cerca del Teide, porque esa noche su forma triangular se alinearía con el sol y la luna y teniendo cerca a Saturno,
proporcionando unos momentos de magia en un lugar inigualable, como no estaba a nuestro alcance
el lugar, pero si la visión y el influjo de la luna, nos quedamos con la magia y nos trasladamos a las cercanías de la Ermita del Viso, que nos pareció el lugar mas idóneo y conveniente a todos.
Pusimos nuestro empeño en mayor o menor medida, de vestir de blanco, sonriendo a la luna que se empezaba a alzar en el horizonte y tras unos momentos de algarabía, de presentaciones y de reencuentro de amigos comenzamos el ritual que habíamos preparado.
Deberíamos utilizar su potente luz como una ocasión para cosechar lo que habíamos sembrado y para encontrarnos libres para plantar nuevos sueños.
Básicamente, el ritual estaba encaminado a las mujeres que allí se encontraban siendo nosotros, los hombres, meros testigos del mismo.
Dejar ir lo pasado.
Liberar los viejos eventos para recibir cosas nuevas.
Se purifico el lugar, nos purificamos nosotros con humo de salvia, leyeron las mujeres unas palabras invocadoras y cerramos un circulo, tenuemente alumbrado por unas velas, que se apagaban constantemente a pesar de nuestros esfuerzos por mantener la llama, al final desistimos de mantenerlas encendidas, ya brillaba la luna lo suficiente y nosotros.
Tomamos consciencia de donde nos encontrábamos y de nosotros mismos, de como nos sentíamos en ese instante que nosotros habíamos propiciado bajo la luna, las velas y la música, que con instrumentos dispares fuimos creando, cantamos, reímos, y comimos, todos en un circulo, compartiendo lo que habíamos llevado en armonía, para mi resulto muy grato el poder de las personas en un circulo, todos iguales sin principio ni fin.
Recordé unas palabras leídas, ya no se donde, perdidas en mi memoria: "Y vosotros que me buscáis, sabed que vuestro deseo y búsqueda no serán satisfechos a menos que conozcáis el misterio: que si aquello que buscáis no lo encontráis en vuestro interior, jamas lo encontrareis fuera."
Esta era la segunda luna de la cual yo era consciente de haberla vivido, resulta curioso, había visto muchas veces la luna, en todas sus fases, en muchos sitios distintos, siempre la misma luna, pero no había tomado presencia de mi ante ella.
La primera vez, fue una luna azul, no la olvidare, el 31 de Agosto del 2012, sabia que se iba a dar esa circunstancia y me deje arrastrar por su influjo a Oporto, al Duero, al mar, para sentirla donde yo quería.
Esta también la recordare con gratitud, por los momentos compartidos, por las personas que conformaron mi circulo, por la experiencia vivida y por los deseos sembrados.
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