jueves, 30 de abril de 2015

Besos y garabatos


Nunca me escribes, me dices con tu carita de mujer dolida.
¿Por qué nunca me escribiste?.
Y yo..., yo no supe contestar. Seguí mirándote  y preguntándome...



Me pregunto, si tu sabes de las letras que yo trace.

En la cama fría de una casa vacía quedaron nuestros abrazos.

Donde turistas de tu piel, mis dedos, hacían garabatos.

Y  también nuestros besos.

Esos besos, que acabaron con el rubor que incendiaba las lagrimas en tus mejillas.

Duermen ya, tras las ondas de carmín de tus labios. Olvidados.


Escribí garabatos en tu pecho y en tu vientre, entre besos y risas.
Ya no lo recuerdas. Garabatos en  tu piel.

Cuando me exiliaste de tus ojos,
hice crepitar los versos de tu recuerdo con los besos peregrinos de tu boca,
en la terraza, aquella, que descubriste para mi.

Y ahora..., ahora no me digas que no te escribo.



Entre volutas de poesía y relatos
emigre a tu piel
para escribirte entre los lunares
con besos y garabatos,
versos al atardecer.


Fotos de Sofia Carvalho, su blog:http://sofiaomeumundo.blogspot.pt/



jueves, 23 de abril de 2015

El buscador de recuerdos

   "Un encuentro es consecuencia del azar, un reencuentro es destino."



La tarde del viernes 23 de abril del año 93 el grupo "Minemann Blues Band" se disponía a ofrecer su primer concierto en el bar D. Zameiro. El local ocupaba un antigua aceña en uno de los margenes del río Ave, lugar de referencia para los nuevos grupos musicales  y paso obligado de Peregrinos en la localidad de Vilarinho.
Mientras el grupo preparaba todos los instrumentos y artilugios sonoros, la terraza se fue llenando de jóvenes que desde las aldeas cercanas, se fueron acercando dispuestos a pasar una velada entre cervezas, amigos y buena música a la orilla del río.



Fue una tarde de primeras veces para los allí presentes.
El hijo del pianista, conectaba los cables de los altavoces a los instrumentos, prestando mas atención a las chicas que a su primer trabajo al lado de su padre.
El primer concierto de blues que un peregrino escucho apoyado en su bastón.
La primera vez que  una chica medio rubia y con pinta hippie se dedico a  amenizar la  espera recitando poemas de Pessoa a cambio de una cerveza.
La primera vez que un vodka con naranja fue agitado todo un concierto entre las suaves manos de una chica que no bebía alcohol. 
La primera vez que alguien escucho su nombre en un estribillo improvisado a ritmo de blues por su dieciséis cumpleaños: Martha, you're so pretty, congratulations girl with blue eyes.
También fue la primera vez que el hijo del pianista desconecto los altavoces de sonido del grupo justo en el instante en el que la chica de ojos azules daba su primer beso a un joven desaliñado que tenia a su lado.
Un apagón tan efímero como la caricia que le dejo en los labios.
Y todo esto fue visto por primera vez por una chica de melena encaracolada, que recompuso su ropa deportiva a la vez que en su rostro moreno se dibujaba un gesto de admiración.
Como también fue la primera vez que el satélite Landsat-1 volvió a tomar imágenes después de haber sido desactivado en 1978.



Marta llevaba  mes y medio tumbada en la cama de esa clínica privada, intentando sobreponerse al aburrimiento que le ocasionaba ese primer embarazo tan deseado y que ahora la tenia postrada por ser considerado de alto riesgo.
Las horas se hacían largas y distraerse era una ardua tarea, unos ratos dormitando, algunos leyendo, otros perdida en sus pensamientos, sobre todo en aquel recurrente que de vez en cuando asaltaba su mente, como un "déjà vu" y que hacia referencia a su pareja.


Desde que conoció a Carl, tuvo la impresión de haberlo visto mucho tiempo antes, pero no era capaz, por más que lo pensaba de entrelazar donde y cuando, al igual que le sucedía al futuro padre de sus gemelos, él también tenia esa sensación extraña, pero al igual que ella, por mas que se devano los sesos, no encontró ninguna conexión.
 Aquella tarde mientras esperaba la llegada de las visitas  leyó una curiosa historia sobre un hilo rojo que la dejo perpleja y pensativa, según la historia todos estamos conectados por un hilo rojo atado a nuestros meñiques. Esa tarde, recibió por sorpresa la visita de su amiga fotógrafa que llego acompañada de su hija y  a las que puso al tanto de su embarazo y de otras cuestiones, incluida la reciente lectura, pasando una agradable tarde entre futuros y recuerdos. Una tarde balsámica, como le comentaría por wasapp a sus otras dos amigas de la infancia, posteriormente. 
Pronto seria su cumpleaños.

Cuando el Landsat-1 se quedo obsoleto el día reyes de 1978, paso a considerarse parte de la basura espacial, años después el buscador de recuerdos pirateo todo el sistema informático y se hizo con el control del mismo, sabia que tarde o temprano obtendría algun beneficio, como así sucedió, lo que empezó como una aventura se había convertido en su fuente de ingresos al margen de la ley. 
El Satélite guardaba en sus entrañas millones de archivos fotográficos perfectamente ordenados y con una gran calidad de todas las partes del mundo y esas imágenes valían mucho dinero, y lo bueno de todo esto, es que seguía haciendo fotos y él tenia los mandos.


En el equipo de música sonaba la canción "20 de abril del 90" cuando el estribillo fue interrumpido por unos golpes en la puerta. Cuando abrió se encontró frente a una mujer de altura media que ocultaba su rostro tras de unas gafas de sol modelo años 30, media melena moldeada sobre los hombros, vestía unos pantalones a cuadros en tonos grises y negros, un suéter negro, un pañuelo rojo anudado a su cuello y una mochila que no combinaba para nada con el atuendo, pero que la daba un aire juvenil, la invito a pasar  indicándole una butaca para que se sentara.
La mujer deposito frente a él un posa-vasos de cartón algo deteriorado por el tiempo indicándole que mirara al reverso del mismo. El lo cogió entre sus manos y leyó en voz alta: "Mi primer beso 23-04-1993" escrito con tinta azul.
Me gustaría saber si puede localizar alguna foto de esto, -dijo, la mujer.
Puede ser, -respondió, el buscador de recuerdos, para luego añadir: la tarifa son 500 euros por cada fotografía en la que aparezcan las personas que usted desea, dentro de dos días puede venir,¿ le parece bien a las doce?.
Cuando la mujer se marcho, tecleo en el buscador el nombre del bar y anoto las coordenadas, a continuación en otro ordenador más potente, las coordenadas y la fecha, al cabo de diez minutos la impresora deposito tres fotografías con un ligero ruido de fin de impresión.
¡Perfecto!  sonrío mientras las observaba atentamente, el negocio marcha bien.
En la primera  de ellas se veía perfectamente a cuatro chicas, una con pintas de hippy, casi rubia, otra morena con gafas de sol, otra de tez mas blanca y con pelo liso y una cuarta con ropa deportiva y rostro bronceado, no mas de dieciocho años,  parecían conversar, a su lado una mesa ocupada por tres chicos, al fondo una banda de música y detrás de ellos un chico con un cable de la mano. En la siguiente aparecía la misma escena pero una de las chicas, la que aparentaba menos edad, se estaba besando con un chico de la mesa de al lado. En la ultima la chica que acababa de darse el beso  y  el chico del cable se estaban mirando, todos los demás  miraban el cielo.
El buscador de recuerdo sonrió, sabia el por qué, el Landsat-1 acaba de reactivarse con un destello luminoso.


El 23 de abril de 2015, Marta vio rodeada su cama por sus cuatro mejores amigas, que después de cantarle el cumpleaños feliz de rigor depositaron en sus manos un sobre con tres fotografías a color.
Al observarlas no pudo articular palabra, se abrazo a ellas y lloro de alegría mientras sentía como algo tiraba de su dedo meñique.
El mismo día mientras Carl ojeaba un antiguo libro, sintió un ligero tirón en su dedo meñique provocando que el libro quedara suspendido solo por una mano, ese gesto involuntario origino que se desprendiera de las hojas una antigua y ligera servilleta de papel hacia sus pies, la recogió y leyó: Un día besare tus labios. 23-04-1993.
Al mismo tiempo un peregrino concluyo un relato con la palabra "felicidades".



Como curiosidad:http://lamenteesmaravillosa.com/la-leyenda-del-hilo-rojo/
http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%A9j%C3%A0_vu

viernes, 17 de abril de 2015

Infiel, por los pelos.

Te he sido infiel, ¡sí!, pero por necesidad.
Y ya te digo, que no es, lo que tu piensas.
Créeme, en realidad no deseo que te sientas mal, porque he de repetirte: a sido por necesidad.

Queda en mí el recuerdo con que mesabas mi cabello, mientras platicábamos de nuestras cosas y de los demás, eso no lo olvidare, como tampoco puedo olvidar las revistas que me hacías leer antes de prestarme toda tu atención... aunque yo sé y tu creo también, que no las comprabas solo por mí, a ti también te gustaban.

Han sido muchos años de relaccion, en concreto, diecisiete.

Y aunque no haya sido muy intensa. Y con, intensa, quiero decir que solo dejaba que me pusieras las manos encima una vez al mes, ha sido larga en el tiempo, tarjeta de fidelidad merecida, claro que, los dos estábamos conformes, aunque y de esto estoy seguro, si por ti fuera me hubieras dedicado atenciones al menos una vez por semana, ¿verdad?.

Pero hoy y después de haberte sido infiel, utilizo esta palabra porque creo que es la apropiada entre nosotros, creo que pasaran muchos meses hasta que te vuelva a ver, y si te veo, quizás sea también por necesidad.

Y, te digo todo esto, porque con esta infidelidad mía, se ha producido un gran cambio en mi aspecto, tanto es así, que hasta el camarero me ha dicho que me veía muy bien, palabras textuales: ¡chico, que bien te veo!

Fue un acto arriesgado, es cierto, eso de ponerse en otras manos y no precisamente desarmadas, como bien sabes tú, es una temeridad que me podía haber costado un tiempo sin salir de casa, o bien volver a ti.
Pero no, creo que tardare en regresar a tu sillón, más que nada, porque cuando he llegado a casa mi chica se ha echado en mis brazos y me ha piropeado y eso... eso anima mucho, muchísimo, aunque a ti te convierte en mi ex-peluquero.



viernes, 10 de abril de 2015

Tres minutos


Tres minutos, exactamente, ese es el tiempo que estuve mirándome en sus ojos.
Para enamorarme de usted.
Se sorprende, ¿verdad?.
Podría resultar poco creíble, pero fue así, aunque en realidad, esos tres minutos transcurrieron entre nuestros pupilas un tiempo después de conocernos. Tan solo un poquito después.


Al principio eramos dos perfectos desconocidos, dos personas que se presentan a si mismas  en un lugar bastante distante  y fuera de su zona de confort.
Como si hubieran sido designados para formar parte del experimento del doctor Arthur Aoron, el famoso psicólogo, que formulo 36 preguntas,  que dos personas totalmente desconocidas deberían responderse alternativamente para al final del test, mirarse a los ojos durante tres minutos, en silencio.
El ¿resultado?... bueno, podría ser que se enamoraran.

Casualmente la primera pregunta de ese test era: Si pudieras elegir a cualquier persona del mundo, ¿a quien invitarías a cenar?

Y, sí..., ese día acepte cenar con usted y la nombro de "usted", por que cuando me lo propuso, aún eramos ambas, dos personas extrañas  y  con su invitación, a parte de sentirme halagado de acompañar su velada, me entro la curiosidad de averiguar las razones por las cuales nos encontramos allí.

Al igual, que el hecho de no conocernos anteriormente,  propicio que usted  y yo fuéramos contestando simultáneamente a las preguntas varias que nuestras mentes nos formularon en ese espacio temporal de la terraza de un bar, con la inocencia de dos niños que se encuentran en el parque.

Y no fueron precisamente las preguntas del famoso test, al que por cierto, tuve acceso bastante tiempo después. Un poquito después.

Preguntas inocuas, como sus respuestas, mirándonos a los ojos, supongo que es por eso, y me refiero a sus ojos, que perdí la noción del tiempo y porque aún recuerdo, que el plato de carne que pedí, se quedo frío, entre un tiempo de interrogaciones.

Lógicamente ninguno de los dos tenia como plan para esa noche enamorarse.

Pero ahora, que usted ya sabe que estoy enamorado de sus comunes iris marrones y ya que lo único que realmente nos pertenece es el tiempo, lo pongo a su disposición, el mío, para con usted, con el deseo de que me siga sorprendiendo con sus preguntas, nos contemos esas cosas que admiramos de nosotros y aceptemos los cumplidos de nuestras miradas.
Atentamente, mis también comunes iris marrones.

Si deseáis más información:

https://es.tendencias.yahoo.com/las-36-preguntas-que-pueden-hacer-que-dos-personas-se-enamoren-en-menos-de-una-hora-121902521.html